(...) "lo recuerdo y lo pienso y lo conozco.
Es inútil buscarlo, cuanto más se lo busca
más remoto parece, más se esconde.
Es preciso olvidarlo por completo,
llegar casi al suicidio
(porque sin ello la vida no vale)
(porque quienes no conocieron aquello creen que la [vida no vale)
(por eso el mundo rechina cuando gira)
(...) "Qué esfuerzo hago para ser yo misma. Lucho contra la marea en una nave donde sólo caben mis dos pies en frágil equilibrio amenazado.
Vivir es un acto que no premedité. Broté de las tinieblas. Sólo soy válida para mí misma. Tengo que vivir de a poco, no hay forma de vivir todo de una vez."
No se fue, pero ya está ahí. La nebulosa inexplicable: ¿vigilia o sueño? Duermevela constante. El pensamiento enredado con la imaginación desbocada. Tiene que optar, cada mañana. O sigue hasta que le duelan los músculos y se le llene el alma de criaturas celestiales o pega el salto y se adhiere al piso. Sabe que es una mentira. No puede darse el lujo. No quiere tampoco. Respira hondo. El golpe de aire helado le indica que realizó la acción. Está entera. Y todo eso en no más de diez minutos, cada mañana.
Esa que no soy yo, pero que está ahí y (me) escribe a mí.
Esa que es el reflejo del reflejo de lo que está pero no es.
Esa que no puede (no) decir (se).
Esa que compulsivamente analiza todas y cada una de sus obsesiones.
Déspota.
Esa que está ahí escrita y me lee.
Esa no puedo ser yo, es (la) otra.
"(...)Escribo muy sencillo y muy desnudo. Por eso hiere. Soy un paisaje agrisado y azul. Me elevo en la fuente seca y en la luz fría.
Quiero escribir escuálido y estructural como el resultado de escuadras, compases y agudos ángulos de un estrecho enigmático triángulo.
¿"Escribir" existe por sí mismo? No. Es apenas el reflejo de una cosa que pregunta. Trabajo lo inesperado. Escribo lo que escribo sin saber ni como ni por qué -y por la fatalidad de mi voz. Mi timbre soy yo. Escribir es un interrogante. Es así: ? "